Las mascarillas repartidas por el Ayuntamiento, objeto de polémica entre Vox y el Gobierno local

El partido argandeño acusa al Gobierno de haber mentido a la ciudadanía al hablar en su día de la compra de 50.000 mascarillas «cuando sólo se compraron 40.000», así como de no haber buscado precios más baratos para las mismas. El Gobierno municipal recuerda que a las 40.000 señaladas por Vox y compradas centralizadamente por el Ayuntamiento, hay que añadir otras 10.000 adquiridas directamente por la concejalía de Salud.

El grupo municipal de Vox en el Ayuntamiento de Arganda hizo pública una nota el pasado 30 de mayo en la que calificaba de «falsedad» la afirmación, realizada a través de la cuenta oficial de Twitter del Ayuntamiento, sobre el inminente «buzoneo de 50.000 mascarillas». Vox entiende que las facturas de compra sólo dan cuenta de dos partidas compradas, una de 30.000 mascarillas y otra de 10.000, lo que daría un total de 40.000, en lugar de las 50.000 anunciadas.

El Ayuntamiento de #Arganda va a proceder a la distribución a través de buzoneo de mascarillas de proteccion durante la próxima semana para tratar de ayudar a la ciudadanía en estos momentos de crisis sanitaria. En total se repartirán 50.000 mascarillas #EsteVirusLoParamosUnidos pic.twitter.com/f1yZr5PwL4

— Arganda del Rey (@Arganda_Ayto) April 17, 2020

Por su parte, el Ayuntamiento explica que Vox no tiene en cuenta otras dos partidas de 5.000 mascarillas cada una adquiridas directamente por la concejalía de Salud, al margen de la otra compra «centralizada» de 40.000. El total de estas compras sí dan como resultado las 50.000 anunciadas.

Críticas al precio pagado

Además, Vox critica que no se buscasen más ofertas a precios más bajos para la compra de las 40.000 mascarillas, sino que se adquiriesen a la única oferta que el Ayuntamiento reconoce haber encontrado, una crítica también realizada en su día por el Partido Popular. El precio de adquisición fue de 1,94 euros por mascarilla, IVA incluido. Por su parte el Ayuntamiento recuerda que la compra se hizo en el peor momento en lo que a carestía de precios de las mascarillas se refiere, y que «la regulación de precios de estos artículos aún no había sido decretada por el Gobierno central», por lo que era difícil encontrar suministro y el que se encontraba era a precios altos.