La enfermedad, conocida como displasia septo-óptica, impide a los afectados distinguir la profundidad en lo que ven, contando solamente con una visión en un solo plano. El Ejecutivo local respondió a sí a una petición de los padres de la niña, que explicaron que pintar los escalones de distintos colores es la única manera de que la niña pueda identificar su presencia y evitar así «caerse, como hasta ahora».
El Ayuntamiento ha procedido a pintar de distintos colores los escalones de escaleras ubicadas en un trayecto del barrio argandeño de Los Villares, a fin de que una niña que habita en el mismo, Carmen, pueda distinguir unos de otros y así evitar caerse al intentar subirlos o bajarlos.
Carmen padece una displasia septo-óptica, conocida también como Síndrome de Morsier, enfermedad de malformación congénita poco común que presenta una combinación de subdesarrollo del nervio óptico, disfunción de la glándula pituitaria y ausencia del septum pellucidum. El Alcalde, Alberto Escribano, ha explicado que «Una de las afecciones que tiene es que le impide ver en profundidad y todos los elementos de las calles con los que se encuentra los ve en un solo plano».
Los padres de la niña pidieron ayuda al Ayuntamiento explicando que es «la única forma de que la pequeña los pudiese diferenciar cuando va al colegio y así evitar que se caiga como hasta ahora». El Alcalde ha declarado que la actuación en el barrio de Carmen es «Un pequeño gesto con el que seguro hemos facilitado mucho su día a día”.
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